jueves, 15 de enero de 2015

Homilía del Papa Francisco en la Misa con obispos y sacerdotes de Filipinas

Cristo murió por todos para que, muertos en él, ya no vivamos para nosotros mismos, sino para él. Queridos hermanos obispos, sacerdotes y religiosos: pido a María, Madre de la Iglesia, que les conceda un celo desbordante que los lleve a gastarse con generosidad en el servicio de nuestros hermanos y hermanas. Que de esta manera, el amor reconciliador de Cristo penetre cada vez más profundamente en el tejido de la sociedad filipina y, a través de él, hasta los confines de la tierra.

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