miércoles, 29 de abril de 2015

Jesús nos enseña que la obra de arte de la sociedad es la familia, dijo el Papa

Hoy, no parece fácil hablar del matrimonio como de una fiesta que se renueva en el tiempo, en las diversas estaciones de la entera vida de los cónyuges. Es un hecho que las personas que se desposan son siempre menos. Esto es un hecho: los jóvenes no quieren casarse. En muchos países en cambio aumenta el número de las separaciones, mientras disminuye el número de los hijos. La dificultad para quedarse juntos – ya sea como pareja que como familia – lleva siempre a romper los vínculos siempre con mayor frecuencia y rapidez, y precisamente los hijos son los primeros en pagar las consecuencias. Pero pensemos que las primeras víctimas, las víctimas más importantes, las víctimas que sufren más en una separación son los hijos. Si experimentas desde pequeño que el matrimonio es un vínculo “a tiempo determinado”, inconscientemente para ti será así. En efecto, muchos jóvenes son llevados a renunciar al proyecto mismo de un vínculo irrevocable y de una familia duradera. Creo que debemos reflexionar con gran seriedad sobre el porqué tantos jóvenes “no se sienten” de casarse. Existe esta cultura de lo provisorio…todo es provisorio, parece que no hay algo definitivo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario