Una madre realmente no podría desempeñar este don que Dios le ha dado el don de la maternidad sin el amor, podemos iniciar tomando lo que en la realidad de nuestra vida social y en términos genéricos se da. Cuántas mamás, por ese sentido propio de la maternidad, y respondiendo con ese esmero viviendo ampliamente su amor en torno al hijo, se dan a la tarea de reflejar en su misión de madre el amor de Dios, finalmente teniéndolo a Él como fuente de inspiración, por haber sido aquel de quien han recibido el don de la maternidad, un gran don, y lo pueden decir a boca llena.
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