Desde Jesús por este cuerpo glorioso resucitado y habiéndonos invitado a vivir esta suerte, esta gracia y este privilegio, es también hacer que nuestro cuerpo se torne glorioso con Él, con Jesús el glorioso, el resucitado. Un pensamiento que es necesarios seguir teniendo muy en cuenta. Es tan valiosa el alma como tan valioso el cuerpo, somos valiosos completamente cada uno lo que somos en esta unidad.
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