Que el cristiano sea consciente de que, sin la ayuda del Señor, no puede caminar en la vida. Lo subrayó el Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta, en que también destacó que sólo podemos rezar bien si somos capaces de perdonar a los hermanos y tener el corazón en paz.
El Papa Bergoglio desarrolló su reflexión sobre tres puntos, a saber: debilidad, oración y perdón. Y recordó que, ante todo, somos “débiles”. Una debilidad que “todos tenemos después de la herida del pecado original”.
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