En la vida de diario, es muy difícil aplicar este dicho, sobre todo cuando conocemos a las personas y peor aún si aquellas personas nos han hecho una mala racha. Lo primero, los etiquetamos y lo que más queremos es estar lejos de ellos. A veces no es necesario que hallamos tenido una mala experiencia de las personas, pues también suele suceder con los foráneos, por el simple hecho de no conocer nada de su vida hacemos prejuicios de sus personas, lo cual inmediatamente pone una barrera entre unos y otro, evitando así, el diálogo, la comunicación.
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