En su homilía correspondiente al XXVI domingo del tiempo ordinario, Mons. Raúl pidió reflexionar en dos aspectos, uno, la flexibilidad, en el pensamiento y en la actuación y el otro de la intransigencia, dos aspectos totalmente opuestos.
La lectura de los números hace saber sobre la flexibilidad, Josué creía y algunos más del pueblo, que no debían de hacer lo que ya estaban haciendo el grupo de los setenta que los oían hablar como Moisés, con la inspiración de Dios. Pero Moisés invita a Josué a no tener celo, pues cuando Dios actúa, lo hace como Él cree conveniente. Los setenta habían sido elegidos por Dios para colaborar con Moisés, haciendo del pueblo de Dios un pueblo que aprendió a caminar en unidad.
Así como Jesús enseña a los apóstoles que el que no está con Él, está contra Él, y no podrá hacer nada en nombre de Él, el que esta en contra suya. Por tanto, no puede determinarse de forma firme, sino está la convicción de querer hacer el bien a los demás.
La bondad de Dios no se encajona en estructuras dijo Mons. Raúl, de ahí que las bondades de Dios no se pueden encajonar en la Iglesia Católica para hacer presentes los valores del Reino. Dios actúa con libertad. Invito Mons. Raúl a ser flexibles con esta realidad.
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